miércoles, 12 de octubre de 2011

2 julio 2003 El Periódico de Catalunya


2 julio 2003

A principis de juliol del 2003 i recent presentada la nova associació es portava a terme el segon judici per l’atemptat a “Hipercor”. En l’arxiu d’en Robert trobem fins a setanta referències diferents de tot el publicat. Només presentarem unes quantes dels medis mes coneguts. Comencem amb la crònica que el company Federico Peña feia des de Madrid per “El Periódico de Catalunya” el dimecres dia 2 de juliol:


Las víctimas de Hipercor deploran la falta de ayudas
Critican a la administración por no haberles brindado atención psicológica
Los testigos describen el infierno vivido durante los últimos 16 años

Las 16 víctimas del atentado de Hipercor que declararon ayer en la Audiencia Nacional, todas pertenecientes a la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) denunciaron ante el tribunal el olvido y la falta de ayudas de la Administración para hacer frente a las lesiones físicas y psíquicas qiue les dejó aquella masacre, las más sangrienta cometida por ETA, que causó 21 muertos y 45 heridos.

En el segundo día del juicio contra los responsables del atentado –Santiago Arróspide ‘Santi Potros’ y Rafael Caride – las víctimas reconstruyeron los hechos del 19 de junio de 1987 por los cuales ya fueron condenados a 794 años de prisión los etarras Domingo Troitiño y Josefa Ernaga, los otros dos componentes del ‘comando Barcelona’.
        

Infierno tras el atentado


Todos los relatos coincidieron en resaltar la confusión, los gritos y la oscuridad que siguieron a la explosión y el dolor por las pérdidas humanas. Pero no sólo eso. También dieron testimonio del infierno posterior. “Aún hoy me asusto de nada. Hasta cuando suena el teléfono”, confesó Beatriz Omamdam Balacy.

Según las víctimas, el horror del atentado es equiparable al de no haber obtenido “ninguna ayuda de la administración”. “No he recibido ni una llamada”, dijo Roberto Manrique, delegado de la AVT en Catalunya. “No sólo matan al muerto; también a las familias y los amigos. A ellos (los presos) pueden visitarlos en las cárceles, pero a nosotros sólo nos quedan las tumbas” dijo entre lágrimas Alvaro Cabrerizo, que perdió esposa y dos hijas. “Pido una justicia que sea justa”, reclamó, tras explicar que hubiera superado la pérdida de su familia si con ello se hubiese acabado el problema de Euskadi.

Ni un día sin dolor

Uno de los momentos más emotivos se vivió cuando testificaron Enric Vicente Mañé y Nuria Manzanares, que perdieron a sus dos hijos, de 9 y 13 años y a una hermana de ella. “Un hecho así te destroza la vida. No pasas un día sin acordarte de tus hijos, a los que no verás más”, explicó Manzanares.

Jordi Morales, que tenía 7 años cuando perdió a sus padres estando su madre embarazada, no recuerda más que el día del atentado. “Tengo un año entero en blanco”, dijo. Su vida se fue cargando de ira y soledad, hasta que comenzó a recibir tratamiento psicológico a los 18 años.

En los pasillos, las víctimas reconocían lo duro que es revivir el atentado. No les basta con encerrar a los etarras. Para sentir que se ha hecho justicia les hace falta que la Administración se acuerde de ellos.


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