miércoles, 12 de octubre de 2011

27 junio 2003 La Vanguardia

27 junio 2003


I el dia 26 de juny va ser el dia clau per la nova associació i per les víctimes del terrorisme, no només las catalanes sinó també les de qualsevol altre lloc del món. L’AMIC Robert ja portava tretze anys parlant amb el Consistori barceloní perquè la ciutat pogués gaudir de un lloc físic on mostrar el seu respecte a les víctimes del terrorisme, un lloc que no pogués ser relacionat amb cap temàtica política. Ni Plaça Sant Jaume ni Parlament ni res.... només un lloc de la ciutat i prou.

Però ho va assolir després de molts anys de converses, reunions i mal de caps i el 26 de juny s’inaugurava el monument. Aquí us presentem alguns dels diaris que van publicar l’esdeveniment.

A “La Vanguardia” del divendres 27 de juny llegim la següent informació:

Barcelona erige un monumento a las víctimas del terrorismo

Barcelona inauguró ayer un monumento “en recuerdo y homenaje a las víctimas del terrorismo”, según reza su placa. La escultura, obra del artista estadounidense Sol Lewitt –denominada “Tall  Irregular Progression (Barcelona)”– está situada en la confluencia de las avenidas Meridiana, Río de Janeiro y el paseo Fabra i Puig, a pocos metros del centro comercial Hipercor, donde tuvo lugar el atentado de ETA que el 19 de junio de 1987 costó la vida a21 personas. El alcalde, Joan Clos, presidió el acto en el que participaron representantes de todos los grupos municipales, a excepción de ERC. Clos destacó el monumento como “el testimonio permanente de recuerdo y homenaje a unas víctimas que no podemos olvidar”, a cuyos familiares agradeció su “dedicación y firmeza”. Tras afirmar que “la memoria por las víctimas es algo que mucha gente vive de forma incómoda”, Clos dijo que “recordarlas es síntoma de higiene democrática”. El presidente de la delegación de Catalunya de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) –desde ayer se denomina Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT)–, Roberto Manrique, rememoró el atentado de Hipercor afirmando que “además de ser una de las barbaridades mayores que pueden ocurrirle a una persona, provocó un rebrote de humanidad que nos hizo ver que había muchas otras víctimas”. Manrique acabó su parlamento con la frase en catalán, castellano y euskera,“no estamos todos, faltan mil”.Varias decenas de víctimas y familiares de víctimas de atentados terroristas participaron en el acto depositando flores. Adelina Somoza, que resultó herida en Hipercor, dijo que “es un reconocimiento que hemos conseguido después de muchos años”. M.ª Carmen Pérez, también herida, en una acción de Terra Lliure, en 1992, con lágrimas en los ojos–“aquel día volví a nacer”, declaró–,dijo: “Este acto es muy emocionante porque se demuestra que somos personas”.Juan Vidal e Isabel Pinar, que perdieron a su hijo en un atentado de ETA, en 1980, tampoco pudieron contener la emoción. “Marcos murió de una manera absurda y hoy se le recuerda a él y a otros muchos”,dijo su padre. Junto a ellos estaba Trinidad Caro, esposa del general Enrique Briz, que falleció en el mismo atentado. “Para mí esto significa muchísimo pero estamos vacíos por dentro”, manifestó. Muchos no estaban en el acto. Era el caso de Maria Josep Olivé. Su marido, Xavier Valls, murió en Hipercor.“Los ciudadanos de Barcelona ya han demostrado muchas veces en la calle que están con nosotros –dijo ayer Olivé– y si este monumento responde a este sentimiento y no a cuestiones políticas, bienvenido sea.”

Robert Manrique a la inauguració del monument. Darrere, l'Alcalde Joan Clos i el Regidor de Cultura Ferrán Mascarell
Terrassa se adelantó un año.

Barcelona no es la primera ciudad catalana que erige un monumento al centenar de personas que han perdido la vida en atentados terroristas en esta comunidad. Terrassa se le adelantó en poco más de un año. En abril del 2002,se inauguró en el Parc de Vallparadís un escultura de tres metro y medio de altura, en piedra y bronce, obra del escultor Jesús Fructuoso, hermano de la víctima de una de las actuaciones etarras en Barcelona. La idea de levantar un monumento en Terrassa surgió después del asesinato del concejal del PP en Viladecavalls Francisco Cano, el 14de diciembre del 2000.


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