lunes, 20 de febrero de 2012

17 febrero 2012 ABC (2) (opinión)



17 febrer 2012





Juegos sin la amenaza de ETA


 

El terrorismo de ETA le dio al Madrid olímpico un par de disgustos. El primero, en 2005, en Singapur, cuando se decidía dónde serían los Juegos de 2012 y Alberto de Mónaco preguntó por la banda armada. También en 2016 el COI hizo mención a ello. Ahora, que ETA ha cesado en su actividad, el cuestionario olímpico no ha obviado mencionarlo: «Tenemos que contarlo en positivo», reconoce Víctor Sánchez, consejero-delegado de Madrid 2020.
El dossier reconoce que no hay amenazas extremistas para estos Juegos, ni de grupúsculos radicales. Indica que las estructuras de seguridad españolas, con «un alto grado de eficacia», «han forzado a uno de los grupos terroristas más sanguinarios» a «cesar en sus acciones violentas» y declarar «el pasado 20 de octubre de 2011, el cese definitivo de su actividad».
Y otra ventaja de Madrid: «No ha habido catástrofes naturales en los últimos 100 años», recuerdan los responsables de la Oficina Olímpica madrileña, tal vez con la mente puesta en otras candidaturas, como la de Tokio, cuyo país sufrió un pavoroso tsunami el año pasado.

Sanciones inmediatas

Dispuestos a saltar todos los obstáculos, los dirigentes de Madrid 2020 tampoco eludieron sus responsables las referencias al dopaje. Y recordaron que la Agencia Mundial Antidopaje «nos ha dado la nota máxima, un 10», por lo que Alejandro Blanco pidió «que a nadie le quepa ninguna duda: estamos comprometidos por unos Juegos limpios y transparentes».
Claro que también pidió que «no seamos nuestros peores enemigos» en este tema: «Problemas con el dopaje tienen todos los países». Pidió «una Agencia Antidopaje independiente, y que puedan hacerse controles por sorpresa igual que hacen las federaciones». Cuando haya un caso positivo, señaló, «tiene que haber una sanción inmediata, y no después de dos o tres años de proceso».

Opinión:
Es confortable ver que para los responsables del ayuntamiento madrileño ya no existe el terrorismo de ETA, y más cuando se trata de postularse como ciudad candidata a ser sede olímpica. Aunque durante años he oído el discurso de que “a ETA no hay que creerla nunca”, ahora sí hay que confiar en que el comunicado del 20 de octubre hay que “contarlo en positivo”, como preconiza Víctor Sánchez, consejero-delegado de Madrid 2020.
Pues me sumo a ese deseo. Sinceramente, en una visita a Madrid hace algunos años ya firmé en las hojas que solicitaban adhesión ciudadana, concretamente en la Puerta del Sol, para la concesión de los Juegos (los del año 2016, que finalmente se llevó Rio de Janeiro). Como anécdota y con ánimo de broma pregunté al responsable si podía firmar en catalán y me dijo sonriendo que “con tal de firmar y tener los Juegos Olímpicos como vosotros los catalanes  puedes firmar hasta en vasco”. Eso se llama multiculturalidad.
Y conste que también me sumo al deseo de que Madrid consiga sus Juegos Olímpicos. Animo.

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