miércoles, 4 de julio de 2012

04 julio 2012 (2) El Siglo de Europa (20-25.06.2012)

04 julio 2012

Roberto Manrique, víctima del atentado de Hipercor

“CARIDE ME PARECIÓ UN TÍO REALMENTE ARREPENTIDO”

Se han producido once encuentros anteriores entre víctimas y terroristas, pero el de Roberto Manrique con Rafael Caride Simón, el 15 de junio, ha sido el más
mediático. Manrique, víctima del atentado de Hipercor y excoordinador del Servicio de Información y Orientación a las Víctimas del Terrorismo de la Generalitat de Cataluña, se ha visto cara a cara con Caride, quien hace ahora 25 años era jefe del comando Barcelona de ETA, y destaca que le ha dado la impresión de que el asesino está “realmente arrepentido”. La conversación fue con un trato de usted, con dos metros de separación y con un mediador. El efecto que espera el que fuera carnicero de Hipercor es que se incremente la división entre los etarras.

Luis Marchal

El atentado de Hipercor, cuyo 25 aniversario acaba de producirse, sucedió el 19 de junio de 1987. ¿Su vida es ahora demasiado mediática?

En estos días, sí. Son 24 años de trabajo. Algunos me acusan de que este encuentro con Caride ha sido un circo mediático. No saben todo el trabajo que ha habido en el último año. Primero, me llamaron el 28 de marzo de 2011 de la red ciudadana Lokarri, del País Vasco. Me
preguntaron si estaría dispuesto a recibir una carta de uno de los autores del atentado de Hipercor. Ya les había visto en los juicios, con lo que no tenía ningún problema por ello. Esa
carta me llegó el 4 de mayo. En ella, Caride expone ciertos argumentos de arrepentimiento del daño causado y de compromiso de seguir trabajando para que esto termine bien. Escribió que para que “nadie sufra lo que han sufrido ustedes”. Tras hablar con mis hijos y mi mujer, accedí al encuentro. Hace un mes, me comunicaron que se celebraría en junio.

¿Cómo se mantiene la mirada a un terrorista cuando se es víctima de él?

El hecho de verte cara a cara con el que te quiere matar te da la fortaleza de que tú tienes la razón. El encuentro fue muy tranquilo, con un trato de usted. Evidentemente, el que tiene la culpa es él, no yo. Según en qué momentos, cuando hablaba de Hipercor, del arrepentimiento, de las víctimas; él miraba al suelo o al mediador, que fueJuan Antonio Pérez, director de la prisión de Zaballa (Vitoria-Gasteiz), donde tuvo lugar el encuentro. Él buscaba un poco la complicidad y lógicamente no la encontraba.

¿Acordaron entre los dos lo que usted iba a informar de la reunión al salir de ella?

Le pregunté si me daba permiso para explicarlo todo. Me contestó que “absolutamente”. Hay temas que afectan a la sociedad en general y al mundo de la política que hay que darlos a conocer.

¿Qué fue lo primero que se dijeron?

Cuando entré en la sala, él estaba de espaldas, mirando por un ventanal. Cuando se ,giró, me miró y nos saludamos educadamente. Juan Antonio nos quería presentar y yo dije que no hacía falta. Los dos nos conocemos bien. La primera pregunta que le hice fue qué hace un gallego metido en ETA, matando a gente de toda España en un supermercado de Cataluña porque se lo ordena un vasco que vive en Francia. Él me explicó durante un cuarto de hora su “historia antifranquista” y de “lucha obrera”. Se marchó de Vigo porque estaba acosado, junto a unos compañeros, por sus labores antifranquistas. Entonces, emigró a Bilbao. Entró en el sindicato LAB y finalmente recaló en Herri Batasuna (HB) y decidió incorporarse a ETA.

¿Le costaba decir, por ejemplo, la palabra “Hipercor”?

En cuanto yo pronunciaba esa palabra o él tenía que repetirla, él bajaba la cabeza. No aguantaba la mirada. Me pareció un tío realmente arrepentido. Eso me lo confirmaron los propios funcionarios de prisión, Jesús y Marta. Ellos me comentaron que, cada vez que hablan de este tema con Caride, él ‘revienta’, se derrumba, que entiende el daño que ha hecho
y que esto había que terminarlo.

¿Entiende para lo que sirvió ese daño?

Una de las frases que me dijo fue que lo único que ha hecho es destrozar la vida de mucha gente y también la suya propia.

¿Qué le supone a Caride el encuentro con usted?

No implica ningún beneficio penitenciario. No entiendo ese discurso de algunas víctimas en contra de estos encuentros porque les da beneficios.

No hubo contacto físico entre ustedes, tal y como ya advirtió usted.
POLITICA
En la vida hay que ser coherentes. ¿Cómo voy a estrechar las manos de un individuo con 24 muertos en Cataluña, 21 de Hipercor y tres antes de Hipercor, que con esas manos ha quemado las mías? De hecho, quise acabar la conversación cuando se acercaba la hora de comer. No quería que hubiera el riesgo de que trajeran algo para picar. No quería comer con él. Yo, hablar y escuchar.

Llama la atención que Caride no le haya pedido perdón porque no “cree” en el concepto de perdón “que maneja la Iglesia”.

Él se declara ateo. Si el perdón que se tiene que pedir es el que se supone que es cristiano y no cree en eso, ¿para qué va a pedir algo en lo que no cree? Yo quería respuestas a otras cosas. Si en ningún momento hubiera mostrado arrepentimiento, quizá sí podríamos decir que falta algo. Ha dejado claro que está arrepentido. Eso no excusa todo el daño que ha causado, pero por lo menos uno de los cuatro que llevaron a cabo el atentado de Hipercor ha dado un giro.

ETA, a los tres días del atentado de Hipercor, hizo un comunicado de autocrítica.

Reconoció que había sido un error político [la banda terrorista hizo suya la “sincera censura del pueblo trabajador vasco y catalán” y aceptó “sin descargos” su “gran responsabilidad” por “el grave error cometido en el desarrollo de esta operación”]. Ellos sabían que ese error les iba a restar muchísimos apoyos, como así fue. Por eso, Caride me comentaba lo importante que sería que la izquierda abertzale reconozca la parte de culpa que tiene de todo el daño causado. La izquierda abertzale ha excusado, ha animado y ha comprendido lo que ETA hacía. En cambio, él ahora está en la cárcel y los que hacen política están fuera, viviendo muy bien.

¿Qué efectos espera conseguir de este encuentro?

Que aumente el número de etarras que está en la vía Nanclares. Hay presos que querrían estar ahí, pero que tienen miedo al rechazo y al boicot que se hace a sus familiares fuera de prisión.

¿Los presos de ETA está divididos?

Sí. Hasta hace poco, nadie se atrevía a decir cosas como las que dijeron en el pasado mes de marzo los presos Andoni Alza y Carmen Guisasola, que declararon que “es responsabilidad de los presos dar pasos sin esperar a que otros les digan cuándo tienen que hacerlo”. Este encuentro que yo he tenido sirve para fomentar eso.

¿Cree que, pese a los comunicados y a la situación de la banda terrorista, todavía cabe la posibilidad de que ETA ejecute algún atentado?

Desde el 20 de octubre, ETA está vencida. Pese a lo que diga otra gente, aquí sí que hay vencedores y vencidos. Yo me considero un vencedor. El hecho de que ETA reconociera en un comunicado por escrito que cesaba su actividad es más que suficiente. Caride me confirmó que ya no había marcha atrás.

Hay división en ETA, pero, ¿también de víctimas?

Ha habido una época muy dura en la que la constante era “las víctimas se manifiestan”. Las, no, serán algunas. Respeto profundamente que lo hagan, sin embargo pido que no nos pongan a todos en el mismo saco. Hace unos años, cuando se manifestaban las víctimas, eran 200.000 personas. El pasado 9 de junio se manifestaban las víctimas y eran 3.000. Me faltan ahí 197.000. A lo mejor es que no se manifestaban sólo contra ETA. Por eso, estoy muy contento de no haber estado nunca en ninguna manifestación.

Con esa reciente concentración que usted menciona de Voces contra el Terrorismo, liderada por Francisco José Alcaraz, expresidente de la AVT, en contra de la apolítica antiterrorista del Gobierno del PP, ¿se ha demostrado que las víctimas no están politizadas?

Yo más que politizadas diría utilizadas. Las víctimas somos plurales. Podemos pensar de todas
las maneras. Incluso, me consta que hay personas que antes de tener un atentado hasta votaban a Batasuna. Ahora no, pero siguen siendo de otra opinión que no tiene nada que ver con el partido que todo el mundo relaciona con las víctimas. El que haya asociaciones que antes se manifestaban y ahora no [la AVT no secundó la convocatoria de Voces contra el Terrorismo], pues tendrán que explicar el motivo, argumentándolo.

¿Le preocupa el plan integral de reinserción de presos terroristas?

¿Es legal? Sí. No me preocupa.




Luis Marchal y Roberto Manrique


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