miércoles, 5 de septiembre de 2012

4 septiembre 2012 El Mundo (opinion)

04 septiembre 2012



“¿Qué política antiterrorista tiene Rajoy?”

Cayetano González





Una de las peores cosas que le está sucediendo al PP tras su vuelta al Gobierno es que está llevando a cabo una política antiterrorista que le hace irreconciliable a los ojos de una buena parte de sus votantes, sobre todo si se compara con lo que hizo en los ocho años anteriores en los que gobernó España. Aunque el presidente y su ministro de Interior no se lo crean, en la actualidad mucha gente desconfía de que el Ejecutivo tenga una política antiterrorista propia y no esté limitándose a administrar la envenenada herencia que le dejó el Gobierno de Zapatero.
Esa desconfianza y falta de credibilidad es consecuencia lógica de decir una cosa y hacer otra. La última gota que ha colmado la paciencia de muchos ciudadanos ha sido la liberación de uno de los cuatro torturadores/secuestradores de Ortega Lara. Liberación que, por mucho que se empeñen los voceros gubernamentales en omitirlo, aunque en su tramo final se ha debido a una decisión judicial, tuvo su inicio en la decisión política del Ministerio del Interior de conceder el tercer grado al terrorista cuando la ley no le obliga.
Rajoy suele comentar en privado que en esta materia gobierna como si ETA no existiera y su ministro del Interior sostiene que la banda ha sido derrotada. Lo del presidente es un grave error; lo de Fernández Díaz, un profundo desconocimiento. Resulta cansino tener que reiterar a estas alturas que ETA es un entramado complejo, en el que los comandos son una parte importante, pero no la única. Siendo cierto que la ETA de los comandos está muy tocada, la ETA política está más fuerte que nunca.
La pregunta que cabe hacerse es: ¿qué política antiterrorista tiene Rajoy? ¿Está siguiendo la hoja de ruta pactada por Zapatero con ETA en el pasado reciente? ¿Qué tipo de compromisos adquirió con Zapatero durante la segunda legislatura de éste para que ahora de toda la impresión de tener las manos atadas? Para intentar contestar a estos tres interrogantes me referiré a otros tantos hechos relevantes no suficientemente aclarados por sus protagonistas.
El 23 de julio de 2008, a los cuatro meses de ganar Zapatero por segunda vez unas elecciones a Rajoy, ambos se reunieron en La Moncloa y, tras el encuentro, se dijo que habían alcanzado un pacto en política antiterrorista. Nunca se conoció, si es que existió, el texto escrito del acuerdo y simplemente se pudo comprobar en los meses siguientes que el líder del PP empezó a apoyar al Gobierno, llegando incluso a afirmar que había cambiado sustancialmente con respecto a la primera legislatura.
El segundo hecho relevante se produjo el 20 de octubre del pasado año, cuando ETA anunció “el cese definitivo de la actividad armada”. Ese día, el entonces líder de la oposición hizo una declaración formal y, para asombro de propios y extraños, afirmó que el anuncio de ETA “se ha producido sin ningún tipo de concesión política”. Posteriormente, se supo que esa frase fua añadida al texto que le habían preparado sus colaboradores por el propio Rajoy después de haber hablado con Zapatero.
¿Por qué Rajoy dijo eso si sabía perfectamente, como todos los españoles, que claro que había habido concesiones políticas? Cuando intentó explicar su desafortunada frase, lo estropeó aún más, porque aclaró que se refería a que ETA no había conseguido ni la autodeterminación ni la anexión de Navarra. ¡Menos mal!, pero de todas formas le recomendaría al presidente, a su ministro del Interior y a todo el que esté interesado en saber hasta donde llegó Zapatero en su proceso de negociación con ETA la lectura de dos libros clave: El triángulo de Loyola, del periodista vasco Imanol Murúa, y las confesiones de Eguiguren al periodista de El País Luis Aizpeolea.
El tercer hecho relevante tuvo lugar el 10 de enero de este año cuando, gracias a una información de ese tenaz periodista que es Fernando Lázaro, supimos que Zapatero –con el visto bueno de Rajoy, se reunió durante dos horas en el Ministerio del Interior con el titular de esta cartera. ¿Qué le transmitió el ya expresidente a Fernández Díaz? No hace falta tener dotes de adivino para imaginarlo. En dos horas, la lista de compromisos y recomendaciones a seguir pudo ser larga.
Los resultados y las consecuencias de esa falta de una política antiterrorista propia están a la vista . Por un lado, las víctimas, que deben ser un referente moral y ético para cualquier Gobierno, están profundamente dolidas y descontentas con la actuación de Rajoy y de su ministro del Interior. En nueve meses, Fernández ha anunciado un plan de reinserción para presos de ETA siguiendo la estela de la vía Nanclares que puso en marcha Rubalcaba; prepara otro plan para que puedan volver los miembros de ETA que están fuera de España; ha activado la liberación del secuestrador/torturador de Ortega Lara; ha acusado de tener “afán de venganza” a las víctimas que no están de acuerdo con su política; se ha atrevido a plantear una reunión con víctimas que perdonen a sus verdugos, metiéndose en un terreno que sólo corresponde a la conciencia de las personas; ha boicoteado congresos o foros de víctimas por el temor a lo que se pudiera decir. Como balance de nueve meses, no está nada mal.
En el frente político, el constitucionalismo está en franco retroceso en el País Vasco, y no sólo por el previsible descenso del PSE y del PP en las próximas elecciones, sino por el debilitamiento de esa resistencia cívica que se fraguó en los 90. La responsabilidad en este terreno hay que endosársela a la política de negociación y de apaciguamiento con ETA y con el PNV seguida por Zapatero. Pero el actual Gobierno nada ha hecho por intentar recuperar ese terreno perdido.
Durante unos años, el PP vasco, al igual que en otras espatas el PSE, fue un referente para esa parte de la sociedad vasca no nacionalista que vivía asfixiada por la presión del terrorismo y del nacionalismo obligatorio. Coincidió ese auge e influencia de los populares vascos con esos años en los que, desde el Gobierno de Aznar, se llevó a cabo una política antiterrorista firme y una defensa de los valores constitucionales y estatutarios en el País Vasco. Baste recordar que en las elecciones autonómicas de 1998, con Carlos Iturgaiz como candidato, el PP tuvo el el 20,1% de los votos y 16 escaños. Tres años mas tarde, Jaime Mayor sacó el 23,1% y 19 diputados. En ambos casos se presentó Batasuna y el PP fue la segunda fuerza política en el País Vasco. En el 2005, María San Gil, sin marca de ETA en las urnas, obtuvo el 17,4% y 15 escaños. En el 2009, Antonio Basagoiti, también sin candidatura de la banda, sacó el 14,1% y 13 parlamentarios. En la actualidad, el PP vasco es un partido sin peso específico propio, que no es referente de casi nada, con unos líderes demasiado obsesionados en marcar distancias con los estilos y las políticas de anteriores dirigentes del PP vasco.
En definitiva, el Gobierno del PP necesita en la política antiterrorista abandonar cuanto antes la senda marcada por Zapatero y Rubalcaba y recuperar sus señas de identidad. Lo debe de hacer porque los casi 111 millones de españoles que votaron a Rajoy quieren la derrota total de ETA y además quieren otra cosa: que se respete la Memoria, la Dignidad y la Justicia de todas las víctimas. La pelota está ahora en el tejado del presidente Rajoy.

Opinión:

Si Cayetano González es periodista y analista político y fue director de comunicación del Ministerio del Interior entre 1996 y 2001, le felicito. Yo ni soy periodista ni analista político y menos exdirector de comunicación del Ministerio del Interior.
Pero soy algo que el no es por mucho que se arrogue una opinión que no le corresponde: víctima del terrorismo. Y si el estuvo 5 años en el tema, yo llevo 25 porque empecé en la cama de la UVI en el hospital en 1987. Y lo estuve en la época en la que disfruté de colaborar en la antigua AVT y tuvimos que sufrir, sí, sufrir, su inoperancia y su falta de sensibilidad. Y la de José María, y no me estoy refiriendo a Aznar.
Así pues, voy a dedicar diez minutos de mis cortas vacaciones a diseccionar el artículo que Cayetano González ha escrito. Tiene un mérito brutal que un supuesto experto en la materia base un artículo tan largo sólo en presentar dudas, preguntas y sospechas. Pero yo voy a ser más conciso y a presentar pruebas. Si fue director de comunicación del Ministerio del Interior entre 1996 y 2001... ¿qué explicaciones dio en 1998 cuando el Presidente Aznar llamó a ETA Movimiento Nacional de Liberación Vasco? ¿qué explicaciones dio cuando el Presidente Aznar dijo que “sabría ser generoso con aquellos miembros de ETA que abandonaran la violencia”?
Cuando las víctimas, las que entonces estábamos trabajando de verdad por nuestro colectivo, escuchamos frases como las que siguen ¿qué explicaciones dio el señor Cayetano González como director de comunicación? :
1997: 26 traslados y 16 en tercer grado. En 1997, ETA mató a 13 personas, entre ellas el concejal del PP Miguel Ángel Blanco. El Gobierno acercó a 26 presos etarras y la Dirección General de Instituciones Penitenciarias concedió siete terceros grados a otros tantos reclusos de ETA.
“El Gobierno y yo personalmente he autorizado contactos con el entorno del Movimiento Vasco de Liberación. (...) Estoy seguro que al mantenimiento de ese principio (discreción) me van a prestar ustedes su colaboración y su comprensión entusiasta.” (José María Aznar, 3-11-1998).
“Si no se producen los contactos es porque ETA no quiere. No hay ninguna otra razón". (José María Aznar, 10-9-99)
"Si se trata de contrastar la voluntad de diálogo de ETA, habrá que hacerlo directamente con la organización armada". (Josep Piqué 4-11-98)
“Los contactos los llevaremos directamente y sin intermediación" (Mariano Rajoy, 12-11-98)
“El proceso y el procedimiento (en la lucha contra ETA) serán largos. No podrá haber nunca ni vencedores ni vencidos". (Ricardo Martí Fluxá, 28-11-97)
Señor cayetano González... ¿quñe sabe usted de aquel boicot en Valencia a la conferencia de Peces-Barba? Pues le recuerdo que de 400 víctimas solo salieron 40.... enhorabuena por su éxito.

Dice usted que las víctimas “deben ser un referente moral y ético”.... claro que sí, pero ello no significa que tengamos siempre la razón... lo que pasa es que para usted las víctimas que deben ser referentes morales y éticos son aquellas a las que usted puede manipular con su (des)información. Entiendo perfectamente que usted intente recolocarse entre los distintos criterios existentes en el Partido Popular pero no pontifique en nombre de “LAS” víctimas.... ¿o es que ha hablado con todas ellas o con todas las asociaciones de víctimas existentes?
Y ya puestos, si tanto aprecia usted a las víctimas  y denuncia que el Ministro de ha equivocado “metiéndose en un terreno que sólo corresponde a la conciencia de las personas”, no le he visto opinar sobre las estupideces que tanto su compañero articulista Jiménez Losantos como Barrionuevo (y otro ignorante cuyo nombre prefiero omitir) vertieron sobre mi persona tras mi entrevista con el etarra Caride Simón.
Tampoco le vi opinar sobre los improperios que cierto alto representante del entonces Gobierno del PP lanzó contra mi acusándome de “boicotear” un acto simplemente porque ue decenas de víctimas del terrorismo en Cataluña no aceptamos las estúpidas e insensibles condiciones impuestas para nuestra asistencia. Era el año 2000 ¿dónde estaba usted para apoyar a “LAS” víctimas?
Señor Cayetano González, le recomiendo que consulte la revista que la antigua AVT editaba mientras era usted director de comunicación del Ministerio de Interior y su admirado Jaime Mayor Oreja o su propio Presidente decían cosas que no nos eran agradables. Verá que, pese a discrepar, jamás se nos ocurrió optar por las prácticas por las que ahora han optado “algunas” víctimas del terrorismo. Le repito lo de “algunas” por si no lo ha entendido aunque no dudo que siendo usted periodista conocerá la diferencia entre “algunas” y “las”...
Ya sabe... creo que fue Einstein quien dijo algo parecido a “la creatividad para solucionar problemas enquistados consiste en romper las reglas y explorar nuevas rutas”.


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