lunes, 26 de agosto de 2013

20 agosto 2013 (3) El Periodico de Catalunya

20 agosto 2013

Los servicios antiterroristas alertan de la amenaza de “lobos solitarios”
Policía, Guardia Civil y CNI vigilan de cerca a los yihadistas qe han regresado de combatir en Siria.

Interior defiende una reforma legislativa europea que  permita penalizar el adiestramiento radical

“La organización frustra cualquier medida de seguridad”, escribió el sirio-español Mustafá Setmarian en su obra La llamada a la resistencia global, en la que se induce a los discípulos del yihadismo a atacar de forma espontánea e individual y propone crear un ejército de lobos solitarios que sean sifíciles de detectar y detener. Ese tipo de terrorista sin pertenencia a ninguna estructura organizativa y con libertad de actuación, fuertemente radicalizado, causa inquietud en los servicios antiterroristas y de inteligencia españoles, que reconocen que los lobos solitarios son una verdadera amenaza para España.
En una operación conjunta, la Guardia Civil y la Policía Nacional desarticularon el pasado junio una célula yihadista en Ceuta que se dedicaba a reclutar combatientes para cometer actos terroristas en Siria, donde participaron bajo el mando de las células de Al Qaeda que luchan contra el régimen de Bashar el Assad. Se sabe que los ocho detenidos enviaron 50 radicales a Siria. Y que algunos de estos ya han regresado a España. A esta figura del “yihadismo retornado” es a la que temen espedcialmente los servicios antiterroristas. Radicales que han actuado bajo las órdenes de la organización y que regresan a casa con adiestramiento y con las órdenes de actuar en solitario cuando lo crean conveniente.

Conflicto sirio


Un informe del pasado abril del Instituto Español de Estudios Estratégicos del Ministerio de Defensa alertaba sobre el riesgo de estos lobos solitarios retornados. Unos activistas “con una instrucción militar en armas y explosivos que a la postre les haría determinantes para la implementación de redes operativas” en diferentes países europeos, según el estudio, que firma Francisco Trujillo Fernández, uno de los analistas antiterroristas de la Guardia Civil, y que pone énfasis en el hecho de que España esté suministrando combatientes al conflicto sirio, como puso en evidencia la citada operación policial en Ceuta.
Parece lógico que ningún servicio de inteligencia se atreva a cuantificar el número de hipotéticos lobos solitarios que podrían estar en España. La Comisaría General de Información de la Policía detuvo en junio en Barcelona a cinco yihadistas, ajenos en principio a la estructura jerarquizada de alguna filial o franquicia de Al Qaeda, pero que se estaban radicalizando. Se trató de una detención “preventiva” en la que, como en otras acciones relacionadas con presuntos yihadistas, costó reunir pruebas que acreditasen que iban a atentar. “Con el actual Código Penal es imposible atribuir la pertenencia a una organización terrorista a estos presuntos yihadistas a los que permanentemente vigilamos su proceso de radicalización. Evidentemente no todos dan el paso y atentan, pero controlar que eso no pase es difícil”, reconoce un comisario asesor en terrorismo del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.

Prevención


La tesis la comparte Fernando Reinares, investigador de terrorismo internacional del Instituto Elcano, que recientemente presentó un nuevo trabajo titulado ¿Cómo son los yihadistas en España?. “En España asociamos el terrorismo con ETA, el GRAPO y las organizaciones de la extrema derecha, estructuras perfectamente organizadas, y obviamos que el terrorismo individual también es posible. Hay que acomodar el conocimiento policial y judicial a la actual situación y poder interpretar actos previos a un atentado terrorista que en ocasiones no son entendidos por todos los fiscales, los jueces ni los ciudadanos”, alerta Reinares.

Adiestramiento pasivo


Por lo pronto, el ministro Fernández Díaz defendió en un encuentro en Luxemburgo con responsables de Interior que hay que acometer reformas legales en todos los países de la Unión Europea para penalizar el denominado”adiestramiento pasivo”. Es decir, castigar al que adoctrina y al que recibe el adiesamiento. La nueva figura está pensada para quienes se radicalizan a través de internet en foros yihadistas en los que se refugian desde sus casas, mientras que en su día a día pasan completamente desapercibidos y sin levantar sospechas.

El comisario asesor del ministro consultado por este diario recuerda cómo en los últimos tiempos los diferentes servicios de inteligencia han evitado numerosos atentados que Al Qaeda planeaba en países europeos y EEUU, y que la nueva estrategia de los radicales pasa por los atentados quizá menos espectaculares, pero mucho más sencillos de cometer por una sola persona. Otro elemento clave en la investigación es la financiación de estos grupos, vinculada en muchos casos al crimen organizado.

Mohamed Merahe, el franco-argelino de 23 años que soñó con “poner de rodillas a Francia” y asesinó a siete personas, y los otros tres radicales que recientemente dacapitaron a un soldado británico en Londres e hirieron en París a otro militar estaban fichados por los servicios deinteligencia de ambos países. Habían sido investigados y fromaban parte de este catálogo de sospechosos bajo control. Pero lograron actuar y en dos de los casos asesinar. ¿Podría haberse evitado? Ese es el gran reto de los servicios antiterroristas de Europa y Estados Unidos, encontrar las bases jurídicas que, respetando los derechos fundamentales, permitan frenarlos y evitar más muertes.

78 fanáticos han sido condenados y seis se han suicidado en España en 16 años

Los yihadistas en España son varones de entre 25 y 39 años, aunque cada vez más jóvenes, según el último trabajo del investigador Fernando Reinares. La mayoría están casados y tienen hijos. Ocho de cada diez son extranjeros, nacidos principalmente en Argelia, Marruecos y Pakistán, y solo el 4’8% han nacido en España. Desde 1996, en el que fue condenado en España el primer individuo detenido por actividades relacionadas con el terrorismo yihadista, hasta finales del 2012 han sido condenadas otras 77 personas. A ellos hay que sumar los seis terroristas que se suicidaron en Leganésel 3 de abril del 2004, tras los atentados de Atocha del 11 de marzo de ese año en Madrid.

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