miércoles, 19 de febrero de 2014

18 febrero 2014 (17.02.14) Interviu (opinion)

18 febrero 2014 (17.02.14)



Editorial de Interviú
Torturas aún sin resolver






Con el ruido que montaron con las víctimas del terrorismo durante los gobiernos de Zapatero, una vez alcanzado al poder ven todo de otra manera. La pregunta clave es: ¿que diferencia encuentran el Gobierno y el PP entre, por un lado, cualquiera de aquellos miles de personas que sacaron a la calle para azuzarlas contra la política de ZP y, por otro, José Couso? ¿Es que el cámara de Tele5 no fue víctima de la violencia? Entonces, ¿por qué el PP distingue tanto entre unas y otras víctimas? Los palos en las ruedas de la justicia universal son motivo de vergüenza. A los asesinos hay que perseguirlos, aunque sean chinos o norteamericanos, y no vale dejar a su suerte a la familia de un español asesinado por un tanque de estados unidos solo porque resulta incómodo diplomáticamente.
Con este asunto de las víctimas, nos hacemos un lío. Si nuestras autoridades tienen esa dificultad de dar consuelo y ayuda a la familia de Couso, qué decir de todos aquellos que sufrieron la crueldad del franquismo. Sabemos que algunos están en las cunetas, pero como sociedad no somos capaces de encontrar una solución a ese dolor. Y qué decir de los represaliados, los que no recibieron el tiro de gracia, pero sí las atenciones (el quirófano, el gusano…) de unos torturadores a quienes nadie ha pedido cuentas, Basta encontrarse con un puñado de curas obreros en un  café de Bilbao para saber que las heridas de aquella represión brutal no están cerradas, que necesitan justicia. Una justicia que, para desgracia de las víctimas, solo consigue abrirse paso en Argentina. Hasta allí han llevado su necesidad de que se depuren responsabilidades un grupo de sacerdotes rojos que no se plegaron al nacionalcatolicismo y sufrieron las consecuencias en sus propias carnes. ¿No nos da vergüenza que no encuentren consuelo en España? Les invito a conocer sus experiencias.

Opinión:

No me cansaré de reiterar que estoy harto de que se defina a “las” víctimas del terrorismo como si todas fuéramos iguales. Harto de que utilicen el artículo “las” cuando deberían utilizar el artículo “unas” o incluso palabras tan claras como “sector”, “grupo” o “sección”.
Supongo que el Sr. Director de Interviú, Alberto Pozas, es el mismo al que descubrí en 1992 tras publicar su libro “Las conversaciones secretas Gobierno-ETA”… sea o no el mismo, entiendo que un periodista debe utilizar las palabras que mejor definan una situación. Y la situación real es que, pese a no darse cuenta casi nadie, existimos cientos y cientos de víctimas que no compartimos las decisiones, declaraciones ni actividades que, en un supuesto nombre de “las” víctimas, están llevando a cabo desde la actual AVT y sus satélites desde 2002 hasta la actualidad.
En otro orden de cosas, le recordaría al señor Pozas que también existimos víctimas que apoyamos el reconocimiento que sin duda merecen las víctimas de la dictadura. Y si quiere pruebas, le invito a revisar el programa de “El Intermedio” de la Sexta del día 9 de diciembre de 2013 (http://www.lasexta.com/programas/el-intermedio/gonzo/tendriamos-que-pedirle-partidos-que-favor-cierre-esa-parte-historia_2013120900284.html)

Pero hay algo más: ya hace unos años que un servidor, junto a Pilar Manjón, Jose María Fuster-Fabra e Isabel Couso presentamos una propuesta de ley para cubrir las situaciones de los ciudadanos españoles que fueran víctimas de actos de rebeldía , sedición, guerra o terrorismo en el extranjero. Ese proyecto se entregó a cada uno de los grupos políticos del Congreso español y solo recibimos la llamada del diputado Labordeta interesándose por el proyecto. La información la podrá encontrar en este blog clikando la palabra “couso” en el buscador. Como ejemplo, el siguiente
http://eltrasteroazul.blogspot.com.es/2011/11/03-diciembre-2007-com-consequencia-de.html

Sinceramente, me gustaría que un director de una publicación tan importante como es Interviú tuviera el suficiente conocimiento antes de opinar sobre ciertos asuntos y, por encima de todo, utilizara las palabras exactas para definir situaciones exactas. A muchas víctimas nos ofende que nos metan en sacos que no son los nuestros.

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