martes, 11 de marzo de 2014

11 marzo 2014 (09.03.14) (10) El Periodico de Catalunya (opinion)

11 marzo 2014 (09.03.14)




Pilar Manjón, la madre de Daniel Paz, muerto en la estación de El Pozo aquella mañana del 2004, y quizá el rostro del dolor de todas las víctimas, no ha superado la tragedia. Solo sigue el guion de su agenda, en la que hoy figura un modesto concierto de homenaje en la sala La Riviera de Madrid.




Diez años después de aquel infausto 11 de marzo, Pilar Manjón sigue de riguroso luto. Ya no solo por su hijo Daniel, muerto en el cuarto vagón del tren que explotó a las 7.38 en El Pozo del Tío Raimundo. Sino porque prometió que no se apearía del negro mientras siguieran muriendo inocentes en Irak, y solo el pasado febrero 564 civiles fallecieron en atentados terroristas. Ella continúa creyendo que si Aznar no hubiera salido en la foto de las Azores, su hijo y las otras 190 víctimas mortales seguirían con sus vidas.
En esta década, Manjón, que hoy tiene 55 años, ha recuperado los 20 kilos que empezó a perder cuando Daniel no contestó a sus llamadas al móvil aquella aterradora mañana. También lleva una férula de descarga en los dientes, por el bruxismo que no la ha dejado en paz durante más de 3.600 noches y que le ha roto las dos mordidas. Y la hinchazón se resiste a marchar de sus párpados. Pero pelear por las víctimas, encadenando el dolor con la rabia y capeando con insultos que escalaron de «sindicalista» a «hija de puta», la ha mantenido en ese frágil equilibrio del funambulista.
-Sé que puedo rellenar esta década de memoria, pero el corazón me sigue sangrando igual que si el 11 de marzo hubiera sido ayer. El que diga que el asesinato de un hijo se supera es que no lo quería. ¡Es imposible! Yo siento tristeza todo el tiempo. La sentí el día en que sacrificamos a la perrita de Dani. Con las lucecitas de Navidad y ese anuncio del «vuelve a casa» que nunca quitan. En estos carnavales, porque los dos nos reíamos con las chirigotas. Cuando pronto florezcan las margaritas... Continuamente te das cuenta de que tu vida ha seguido y la suya no. El pasado 19 de diciembre mi hijo hizo 30 años.

-«Hizo», dice.
-Porque lo parí. Y porque vive en mí.

-Usted es otra.
-El 11-M dejé de ser Pilar Manjón para ser Asociación 11-M Afectados del Terrorismo. Aparqué el sindicalismo, y eso que en el primer congreso de CCOO que hubo se empeñaron en que fuera en las listas con la equivocada idea de que volvería a mi vida anterior. Pero la vida anterior se acabó. Cuando almuerzo con los amigos de CCOO y hablan de la reforma laboral y de los convenios, ¡buaaa!, lo vivo como si hiciera mil años que estuve ahí. Ha cambiado mi forma de ser.

-¿Cómo es?
-Tengo menos apego a la vida. No tengo proyectos de futuro. Casi todo lo planifico para el hoy. Porque cuando más tranquila me quedé en mi casa, me enseñaron brutalmente que el mañana es incierto. Así que me limito a hacer aquello que tengo que hacer. Sigo el guion de la agenda. El día que la pierda, iré sin rumbo, aturdida.

«Aquí estoy»

Una de las pocas mutaciones en ese guion ha sido la apertura de una cuenta en Twitter. Había demorado el salto a las redes sociales, confiesa, por miedo a las amenazas y a los ultrajes que, como derechazos de Tyson directos al estómago, le han propinado estos años. Pero se sacudió la aprensión y lanzó el pasado enero un decidido: «Soy Pilar Manjón y aquí estoy». Así de desafiante. «Ahora tengo capacidad para bloquear a los indeseables», confía.
Eso no significa que olvide algunos fogonazos. Como el del 20 de mayo del 2005, cuando recogía en Aracena un mural de patchwork en memoria de las víctimas, y le entró una llamada telefónica: «Han pintado una diana en tu puerta». Su hijo Iván aún vivía con ella y sintió pánico. Al llegar a Madrid, Interior le pidió que se personara en la Delegación del Gobierno. Corría un «riesgo claro», dijeron. Encaminó sus pasos a la comisaría, con un dosier gordísimo de injurias metido en un sobre naranja, y de allí salió escoltada.

-¿Cuándo le quitaron la escolta?
-Cuando entró este nuevo Gobierno. Un viernes a las siete de la tarde me llamaron para decirme que el lunes siguiente ya no tendría protección. Pedí entrevistarme con los responsables de Seguridad y me dijeron que habían hecho una tabla y que yo no tenía riesgo porque «ETA ya no mata». ¡Las amenazas que he recibido nunca han venido de ETA! Así que les dije que si ellos estaban absolutamente convencidos, más convencida me iba yo de que ellos tenían clarito quién me amenazaba.

-¿Quién exactamente?
-Cuando alguien escribe que eres una «hija de puta» y que «tu hijo está bien muerto» después de no acudir a una cita en la sede de Génova con Iñaki Oyarzábal, secretario de justicia, derechos y libertades del PP... Blanco y en botella, leche.

-No fue el mensaje más hiriente.
-Uno de los más infames fue un tuit de Luis Gutiérrez, entonces secretario de organización de Nuevas Generaciones del PP de Majadahonda. «Cada día dudo más que el hijo de esa tipeja fuese el 11-M en un tren», escribió. El tal Sete, que así es como le llaman, tiene 19 años. ¿Quién le habrá hecho esos agujeros negros en el cerebro como para ser capaz de hablar así de una víctima del terrorismo? Lo destituyeron, pero luego lo he visto colear en este último congreso que montó el Partido Popular. Ahora todo se ve y todo se sabe.

-¿Le importa que sigamos repasando invectivas?
-Adelante.

-«Eres toda una empresaria del dolor».
-Si hay empresas donde el dolor cotice, yo tengo una muy grande.

-«Lástima que en el 11-M no haya muerto Pilar Manjón».
-Eso solo lo puede decir gente más vil y más canalla que los terroristas. Los terroristas dejaron las mochilas a bulto, no miraron la carita preciosa de mi niño, ni la del que estaba a su lado, ni enfrente. Las metieron donde más fácil les resultó para salir corriendo. Pero estos tiran a dar. Saben lo que están haciendo. Yo he llegado a pedir a un juez que, de una puñetera vez, los declare «banda criminal organizada».

-El último: «Su odio por el PP es mayor que el dolor por su hijo».
-Yo no odio al PP. No tengo tiempo ni energía. Son ellos los que probablemente me odien a mí. Si ellos no me odiaran, no dirían esas burradas. Pero, ¿sabe lo más sorprendente?

-No.
-He presentado querellas criminales contra todos y cada uno de esos mensajes en la Audiencia Nacional y el fiscal jefe Javier Zaragoza -que, ojo, lo puso el PSOE- las informó negativamente. En este país, al que fue insultador oficial de la COPE [Federico Jiménez Losantos] le ganaron juicios Carod-Rovira, Gallardón e Ibarretxe. Pero Pilar Manjón ha tenido un informe negativo. He preguntado a los cabezas visibles de este país y no me saben dar razones que yo llegue a comprender. Solo quiero ser una ciudadana normal y tener derecho a la defensa.

-Es víctima por partida doble. ¿Por qué provoca tanto encarnizamiento?
-Jamás han asumido que perdieron las elecciones el 14 de marzo. Pero se lo tienen que hacer mirar, porque han quitado el foco de donde debía estar. Si alguien pierde unas elecciones, lo que pierde es un sillón de mierda. Yo perdí a un hijo.

–¿Dónde deberían de poner el foco?
–Sobre las mentiras que dijeron aquellos días, que yo no viví porque estaba buscando a mi hijo. ¡Ojalá que la masacre hubiera sido culpa de ETA! No nos harían pasar a la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo por lo que estamos pasando.


Cifras y listas

Lo que están «pasando» es un galimatías en el reparto de las subvenciones, en especial, a las dos grandes asociaciones de víctimas del 11-M. La de Manjón y la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), que preside Ángeles Pedraza, madre de Miryam –la joven de 25 años, casada, que viajaba en el tren que explotó en Téllez–, y afectada que aún sostiene que «no ha sido descubierto el autor intelectual» del atentado y que no sabemos «ni la mitad del 11-M».
Cuenta Manjón que cuando el PP llegó a Interior cambió el modelo de reparto. «En una de las partidas, la de Vida y Funcionamiento, que es la que sirve para pagar locales y salarios, hemos perdido un 60%. En total, recibimos 47.000 euros. La AVT ha ingresado 159.000 en ese concepto. Y la nuestra es la asociación mayoritaria».

La AVT declara atender a 800 víctimas del 11-M. Pero ampara a 3.700 de otros atentados.
–Y yo tengo las Páginas Blancas. Nosotros fuimos al juicio representando a mil y pico de víctimas. Y las otras dos asociaciones [la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M y la AVT] representaron una, a un asesinado y dos heridos, y otra, a un asesinado y 15 heridos. Eso figura en las actas. Saque usted conclusiones.

–Es preferible que lo haga usted.
–Es imposible que haya tantos miles de víctimas de terrorismo en este país. Las cuentas que hacen no son las de un acto terrorista, ¡son las de una guerra civil! Depende de los estatutos, es víctima de terrorismo quien decidan que lo sea.

–La ley definirá ese extremo.
–Las de mi asociación lo son. Representamos a 1.700 víctimas. Los de Interior estuvieron tres días aquí, en el local, verificando los datos. Pero, ¿qué más da que miren los míos y los de los otros, si luego no los cruzan? Es complicado entender que una misma víctima esté en tres asociaciones a la vez. ¡En tres! Yo misma he recibido cartas de la AVT encabezadas con un «estimada socia», y jamás he pasado por la puerta.

–¿Qué solución propone?
–Donde se detecten duplicidades o triplicidades, la víctima debe optar. ¡Estamos hablando de dinero público! Un dinero que, por cierto, deberían ingresar a la Asociación el 31 de diciembre, pero llevamos dos años que lo demoran hasta enero, justo para que echemos el cierre. Lo que no saben es la fuerza que tiene la Asociación, porque la gente adelanta el dinero. Tampoco saben de la capacidad de aguante de las madres.

–El martes se celebrará un acto unitario. El primero desde el 2007. Una señal positiva, ¿quizá?
–Nosotros propusimos como acto conjunto un macroconcierto en el Palacio de Deportes, pero en enero ya supimos que no podía ser –al final, celebramos hoy uno más modesto en la sala La Riviera–. Y de repente apareció ya cerrado ese funeral de Estado en La Almudena, oficiado por el cardenal Rouco Varela y con asistencia de la Casa Real, convocado por todas las asociaciones menos la mía. No nos queda otra que sumarnos, pero se debía de haber organizado un acto civil o ecuménico, porque tenemos víctimas católicas, pero también a ortodoxos, evangelistas y musulmanes. No pueden pensar por los demás.

–Cuesta entender las fricciones en territorios tan igualitarios como el de la aflicción y la solidaridad.
–Solo se resiste por la fuerza de los asesinados a los que representas, y por toda esta familia sin papeles que hemos constituido en la Asociación, en Santa Eugenia.

Rota, firme, precisa

Pocos meses después de fundar esa familia, concretamente el 15 de diciembre del 2004, Manjón pronunció aquel turbador alegato ante la comisión de investigación del atentado. Rota, firme, precisa. Preguntando de qué se reían «sus señorías». Exigiendo «verdad, justicia y reparación». ¿En qué quedaron aquellas tres demandas? «La verdad en democracia se escribe en los hechos probados de una sentencia», responde, lanzando lejos la pelota de los irreductibles que aún se emperran en el titadine y la tarjeta de Mondragón. Y como un mantra, Manjón sí recita a los inductores: Jamal Ahmidam, El Chino; Serhane ben Abdelmajid, El Tunecino, y Rabei Osmán, El Egipcio, absuelto «por un error». Y subraya que quien conectó las células asturiana y la yihadista fue Rafá Zuhier, que el 16 de marzo saldrá a la calle. «Esa es la verdad».

–Tiene todos esos datos remachados en el cerebro.
–También que siete de los autores materiales reclutados en el local de Virgen del Coro se suicidaron en Leganés, pero que seis se escaparon, entre ellos Abdelilah Hriz, que es el que puso el explosivo en el cuarto vagón del tren que estalló en El Pozo, justo donde murió mi hijo.

–Hriz cumple condena en Marruecos.
–Pero Marruecos, esa democracia tan maravillosa, con ese rey que es primo hermano de la monarquía española, no extradita a nacionales. Y Marruecos debería cumplir con la legislación europea, no solo poner el cazo. Una forma sería extraditar a Hriz, para que sea juzgado con bastantes más garantías que en su país. Porque España es más garantista con los verdugos que con las víctimas. Esa es otra verdad, que en España es muy barato matar a 191 personas. Si no, el día 16 no saldría Zuhier a la calle, por muy confidente de la Guardia Civil que fuera.
–Una salida de difícil digestión.
–El 8 de febrero ya salió Mohamed Larbi, aunque tenía orden de extradición a Marruecos. Pero de Zuhier le diré algo más: se ha casado. Y en España los casamientos a cambio de papeles son ilegales, ¿no? Por mucho que su abogado diga que la pareja se conoció en la cárcel, él estaba incomunicado. Hace más de un año y medio ya dije a quien me quiso escuchar: «Están buscándole una chica musulmana, joven y con medios para que lo pueda mantener».

–¿Significa que se queda aquí?
–Como presidenta de la Asociación, he solicitado su extradición fulminante, pero también he ido al juez de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, a pedir una orden de alejamiento de todas las víctimas. Va a tener trabajo, porque nos tiene que localizar a todas y ver dónde lo ubican.

–Ha hablado de verdad y justicia. ¿Qué ha sido de la reparación?
–Si la reparación es una indemnización, por mí ya se la podían haber guardado. Es un dinero que escondes, que lo depositas a largo plazo, porque te duele en el alma. Pero en muchos casos ha servido para que unos innombrables de Bankia o de Caixa de Catalunya les roben la sangre de sus asesinados en las preferentes. Todos los Blesa tendrán 800 veces más que los 30.000 euros que cobramos las víctimas del 11-M, pero nosotros pusimos un ataúd. Y lo pusimos por la democracia que esos disfrutan. No, la reparación pasa por otras cosas.

–¿Por dónde pasa?
–Por cosas simples. Al principio, propuse a la Comunidad de Madrid hacer un análisis de la formación previa, la vida laboral y las secuelas de las víctimas, para, luego, abrir una bolsa de trabajo. Pero este país se ha dedicado a hacer leyes de integración de terroristas, y se ha olvidado de integrar a las víctimas. ¿Cómo va a hacer de telefonista alguien que ha perdido el 90% de la audición?

–¿Eso está ocurriendo?
–Hemos contratado a un abogado administrativista que está haciendo reclamaciones causa-efecto de los agravamientos de secuelas. Actualmente, hay más de 60 casos judicializados.

–Pese a eso, ¿todos se han podido incorporar más o menos a la vida?
–Todos excepto Laura Vega, que continúa en coma. Sus padres siguen yendo cada día a verla a la clínica. Yo puedo llorar por mi hijo, pero ellos no tienen esa posibilidad... Laura está instalada en la zona gris. Y me hierve la sangre cuando alguien de Provida va y dice: «¿Y por qué no la desenchufan ya?». Y tú tragas fuerte y contestas: «Porque no está enchufada a ningún aparato. Porque la parte del cerebro que tiene intacta es la que mantiene las constantes vitales». Tiene temperatura, respira sola, su corazón late.

–¿Y usted? ¿No ha pensado en tirar la toalla, en volver a ser Pilar Manjón?
–¡Cada día! Y en la Asociación se cabrean mucho cuando lo digo. Me exigen que, por la mañana, coja la toalla, me seque en la ducha y venga a trabajar. Pero me merezco un relevo de la primera fila. El año que viene, quizá.

–En esta década de amargura, ¿se ha permitido volver a amar?
–Sí. A mi pareja la conozco desde los 16 años.

–¿Desde los 16? No es el padre de sus dos hijos, Eulogio Paz.
–No. Conocí a Manuel [Barbero] en el instituto Gabriel y Galán de Plasencia. Cuando llegó el momento de ir a la universidad, él se fue a Barcelona, donde tenía familia, y yo, a Madrid. Nuestros caminos se separaron. No supimos más. Hasta que ocurrió el atentado y él me encontró a mí.

–¿Cómo la encontró?
–Un amigo común que vivía en Extremadura llamaba permanentemente a mi hermana, mientras yo buscaba a mi hijo. Y en paralelo, Manuel iba buscando en los diarios las necrológicas, hasta que vio la de Dani. [Barbero también perdió a un hijo, Álvaro, en un accidente, en julio del 2010]. Nos reencontramos. Si no lo tuviera a mi lado, no sé si habría aguantado tanto. Es mi paz.

–El destino tiene pliegues bien extraños...
–No creo en jugadas del destino. Creo mucho en la luz. A mi hijo Dani le pongo mucha luz.

–Y lo lleva en ese tatuaje, en el dorso de la mano derecha.
–Es su firma. Lo que ya no me pongo es el reloj que él llevaba aquella mañana. Tenía una muñeca chiquita, yo ya había roto cuatro correas y una vez casi lo pierdo. Decidí que no iba a perder también su reloj.

Opinión:

Conocí a Pilar Manjón en octubre de 2004 en Madrid, a través de otra victima del terrorismo yihadista con que yo llevaba trabajando en la asistencia integral a victimas desde 1990. Eran aquellas fechas enm las que aquellas victimas eran consideradas como ceros a la izquierda. Una pequeña tasca junto al Parque del Retiro fue testigo de aquel encuentro. También conozco a Nuria Navarro desde hace muchos años y por ello considero que, por una vez, puedo opinar sobre su trabajo. La entrevista se atreve a ahondar en la realidad que viven tanto Pilar como muchas otras victimas de aquellos atentados… una entrevista que no ofrece valoración política sino la constatación de unos hechos que están sobre la mesa y que, pese a lo que digan algunos, son la pura y dura realidad.
Siempre me ha parecido repugnante el tratamiento que algunos miembros de la clase política han dado a Pilar (y por extensión, a quienes representa). He vivido junto a ella situaciones que, de dar los nombres y apellidos de los malnacidos que las causaron, deberían ser motivo d expulsión de la vida publica y política de este país… como la que vivimos en el Paseo Zurbaran de Madrid por poner un ejemplo.
Pero también me parece repugnante que existan victimas que se han dedicado a insultar a otras victimas del 11M y, cuando se ven en un acto, acudan a besarlas como si nada hubiera ocurrido. Es bien cierto aquello de que algunos “valemos mas por lo que callamos que por lo que sabemos” y puedo jurar que sabemos mucho, pero callamos mas.
Y cuidado con sus respuestas al tema de las estadísticas en “las” asociaciones…. Somos muy pocos los que nadamos contra corriente pero el decía que alguien de la Administración se atreva a cotejar datos, se llevara una sorpresa…

Para terminar y tras casi diez años de trabajo conjunto, quiero recordar las palabras de Pilar Manjón en el libro “Pido la palabra”… obviando algunas frases de las que escribió en 2007, por propio deseo conjunto y porque hay quien después de conseguir el pin de victima se dedica a destrozar el trabajo ajeno… aun y así y con el positivismo que nos da creer en el mismo objetivo, en su escrito se constata la unidad que existe entre victimas de diferentes atentados y de diferentes bandas terroristas. A buen entendedor…

Mi querido Roberto:

Cómo empezar una carta tan difícil: qué contar de ti, qué decir, qué sentir. Nunca nadie piensa llegar a “este mundo de víctimas” y mientras no estás en él es una realidad lejana, abstracta que piensas que nunca te va a pasar a ti, como todo el mundo. 

Pero sucedió una mañana de Marzo en que la vida nos rompió las alas, los sueños y nos dejó el corazón lleno de tristeza, dolor, angustia, soledad y desesperanza.

Y aun sin comprender cómo se puede vivir- sobrevivir- nos encontramos un día, y a través tuyo nos fuisteis demostrando que se podía salir, nos regalasteis vuestras huellas precursoras de este arduo camino - Espe que en su nombre lleva la esperanza pero es más sinónimo de esperas, largas esperas, (…)… y además os hacéis  acompañar por una psicóloga, Sara, y un abogado, José María, que nos han acompañado como profesionales pero también como compañeros de viaje-.

Y desde ese momento hemos recorrido un largo camino de risa y llanto, de rosas y espinas. Con Sara lleno de ternura y comprensión, entendiendo que nosotros estemos aquí de pie, impasibles ¡cuerdos! ¡Sin que se nos quiebren los mecanismos del cerebro! ¿Cuando se paran los ojos y se quedan abiertos sin que puedan cerrarlos ni la lluvia, ni el viento?.

Con José María, mirando a los asesinos, que no llegan ni a la categoría del estiércol, preguntándonos, como dijo el poeta, si la justicia vale ahora menos, infinitamente menos que el orín de los perros.

Y de ti lo primero que recordamos es que se puede salir después de “morir”. Y lo que es mejor que se puede volver a reír sin sentirse culpable. Lo mismo hemos ido a Canarias, y de tu mano vivimos las más diversas experiencias: recibidos por un personaje de altísimos vuelos acompañado de otra de vuelo rasante, faros que ya no están pero cuya leyenda y hazañas perduran, legionarios retirados de generosa comida, canteras en las más recónditas curvas, cuevas guanches hermosas cuando eras capaz de encontrarlas. Hemos hecho multitud de actos juntos, contado y rememorado nuestra historia para que nadie sufra lo que nosotros, en  tu afán de que la voz de las víctimas llegue adonde nadie ha llegado hemos ido a radios de sede y dial inencontrable, en televisiones de insonorización de cartón de huevos, hemos recogido premios en actos maravillosos donde se nos ha ofrecido lo mejor del folklore de quién nos acogía.

Abarcar las miles de facetas de tu carácter sería impensable ya que lo mismo me dices “espérame en el coche que tardo un minuto” y juegas dos partidos de tenis, aparco 5 minutos en esta acera y grabas tres entrevistas, eres capaz de hablar con 5 medios mientras conduces para llevarme al aeropuerto ¡y no perderte! En fin eres irrepetible.

Aunque tienes las alas rotas por la vida, demasiadas heridas, demasiadas batallas te queremos porque no tienes miedo a vivir.

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