martes, 11 de marzo de 2014

11 marzo 2014 (14) La Vanguardia (opinion)

11 marzo 2014




"Desde dentro"
Jose Maria Fuster Fabra, abogado en el 11M






Probablemente, lo único que tiene en común interrogar a un etarra y a un terrorista de la yihad es la sensación de saber que tienes enfrente a un ser humano pero no llegar a crecértelo. Hacerte una y otra vez la misma pregunta ¿por que este sujeto se cree dueño de nuestras vidas? A todos los que de una u otra manera estábamos vinculados a la lucha antiterrorista el 11M nos cambió los esquemas, sabíamos como interrogar y diseccionar estructuras operativas con indudables vínculos políticos, donde la dirección etarra, en función de una estrategia cambiante en el tiempo, decidía a quien había que matar.
De golpe nos encontramos con una masacre terrible, donde nada parecía ajustarse a lo que habíamos vivido, células que se autoactivan, que funcionan sobre la base de consignas “hay que atacar España”, y de un referente, por ejemplo AMER Azizi. A partir de ahí, los contactos con la organización pueden ser mínimos, quizás a través de un único enlace, o estructurarse en células… y todo tal vez desde un país lejano, todo muy difícil de comprender y combatir.
Pero los buenos = si, han leído bien, los buenos=, los policías. Se pusieron en marcha desde el primer momento. Muchos a los que personalmente he conocido, con los que profesionalmente he trabajado, estuvieron mas de 48 horas sin dormir. Volvieron los que estaban de permiso, nadie contó sus turnos y el trabajo fue intenso. Se pudieron cometer errores, naturalmente que si =¿Cómo pueden actuar de forma perfecta miles de hombres y mujeres todas las horas del día?= pero los resultados fueron eficientes: hemos llegado a saber mucho mas del 11M que los norteamericanos del 11S teniendo ellos mas medios que nosotros.
Los buenos trabajaron a destajo, para que los otros buenos, las victimas, tuvieran por lo menos la reparación moral de saber que el crimen que se había cometido no quedaría impune. Pero paradójicamente, mientras el 11S unió a la sociedad norteamericana hasta limites insospechados, que permitieron a un presidente demócrata premio Nobel de la Paz dar la orden de cazar literalmente a Bin Laden estuviese donde estuviese; de la misma manera que los atentados del metro de Londres unieron a los británicos; aquí, el 11=M provoco una fractura social que llego a las propias victimas. Como antes había pasado con ETA, muchos políticos miraban por sus propios intereses sin importarles el daño que podían añadir. Recuerdo algunos nombres. Los jueces Juan del Olmo, Gómez Bermúdez, los fiscales Olga Sánchez o Javier Zaragoza, los policías Rodolfo Ruiz o Sanchez Manzano, las propias victimas como Pilar Manjón, y, perdonen ustedes la inmodestia, yo mismo, un simple abogado, hemos sido atacados y objeto de criticas feroces. No somos perfectos, ya lo dije, pudimos equivocarnos en algo, pero tenemos la conciencia tranquila.
Estos días habrán ustedes leído mucho sobre el 11=M. Las victimas no son solo una fecha, por eso algunos somos reacios a acudir a determinadas conmemoraciones, no acudimos a las protocolarias y vamos a las sentidas de verdad. Recuerdo la asamblea en Madrid, con mas de 500 personas cada uno con su dolor, el juicio de maratonianas sesiones, la mirada asesina de los terroristas, las cómplices de apoyo de las victimas, los silencios que había que interpretar. Las palabras que nunca hubiésemos querido oír y aquellas otras que jamás comprenderemos.
Para nosotros habrá un antes y un después del 11M, nos inmunizamos ante las criticas y vencimos al miedo; y créanme, en el terrorismo, sea el que sea, no hay mas buenos =las victimas y quienes combaten el terror= y malos, que son quienes lo provocan y quienes los arropan, sea en nombre de una patria imaginaria o de una religión malentendida.


Opinión:

Absolutamente de acuerdo con José Maria. Para los que vivimos la experiencia del juicio (la preparación previa, el desarrollo y las consecuencias) ha sido una situación muy dura pero al mismo tiempo, personalmente muy importante. No podremos hacer las cuentas de la cantidad de horas entre reuniones, viajes y charlas que hemos compartido… pero no quiero olvidarme de quien hizo eso posible. Aunque a mucha gente le pueda molestar, lo cierto es que fue la Generalitat de Catalunya y los Consellers Valles, Saura y Tura quienes nos aprobaron una subvención de 50.000 euros para esa labor, para que se pudiera ayudar a aquella asociación “11M Afectados por Terrorismo” a conseguir asesoramiento y seguimiento socioasistencial, jurídico y psicológico. Robert. Jose Maria. Sara… respectivamente.

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