lunes, 9 de febrero de 2015

09 febrero 2015 El Mundo del Siglo XXI (opinión)

09 febrero 2015



¿Ha muerto la rebelión cívica de las víctimas?

Destacadas figuras de la respuesta civil contra el terrorismo critican la gestión de la AVT.





Como un globo al que el paso del tiempo deja sin aire. La rebelión cívica que arropaba a las víctimas del terrorismo se ha convertido en silencio. La duda no es si el 24 de enero había 2.000 o 3.000 personas. La gran duda es por qué esas decenas de miles que salían para protestar contra la negociación de Zapatero con ETA ahora se quedan en casa.

Mucho tiene que ver quizá que en la gente ha calado el mensaje de que la mayoría de las últimas excarcelaciones son decisiones judiciales y poco tienen que ver con el Gobierno. Mucho tiene también que ver el silencio de las pistolas de ETA. Y mucho puede tener que ver también la actual situación que atraviesa la Asociación de Víctimas del Terrorismo de Ángeles Pedraza. El día 24 no asistieron organizaciones tan emblemáticas como Covite o Dignidad y Justicia; y dejaron de acudir las víctimas más conocidas, como José Antonio Ortega Lara, Daniel Portero, Ana Iribar, Consuelo Ordóñez, José Alcaraz… No eran pocos los que recordaban que en la anterior convocatoria para protestar por la derogación de la doctrina Parot y las consecuentes excarcelaciones, cuando un grupo de manifestantes comenzó a gritar y criticar al Gobierno de Rajoy, Ángeles Pedraza les ordenó callar.

También son relevantes las circunstancias que rodean al que era y es su asesor principal tanto en la AVT como en la, cuando menos, extraña Asociación de Amigos de la AVT que él mismo preside: Miguel Folguera, un hombre que ha estado inmerso en un turbio asunto de tráfico de armas que arranca desde los atentados del 11-M, finalmente archivado. El asesor de Pedraza pidió a Interior en 2011 que le reconociera como víctima de un atentado perpetrado por ETA en 1987. Su solicitud fue denegada porque no había un solo dato que avalara que el día del atentado estuviera allí.

La situación que se vive en la AVT queda plasmada en una instantánea captada en un restaurante madrileño el pasado día 5: aparecen Pedraza y Folguera junto al pequeño Nicolás.

Pero quienes mejor saben interpretar las razones de este final son aquellos que estuvieron al frente de la rebelión. Y uno de ellos fue José Ortega Lara, encerrado en un zulo 532 días. En declaraciones a EL MUNDO, señala tanto al PSOE como al PP como los responsables de acabar con esta “iniciativa, que arranca con José Alcaraz al frente de la AVT”. “No podían permitir que la AVT y otras asociaciones afines despertaran conciencias dormidas e hicieran pensar a una sociedad anestesiada”, apunta el ex funcionario de prisiones.

Según él, la estrategia para acabar con esta rebelión incluía la «descalificación personal de Alcaraz y de otras personas críticas a través de los terminales políticos y mediáticos afines al poder». Añade la “desintegración de la AVT desde dentro, intentando controlar sus estructuras, tarea en la que contaron con la inestimable colaboración de personas cercanas a las propias víctimas”. Para Ortega Lara, “algunas asociaciones de víctimas cometieron el error de confiar excesivamente en los políticos. La estrategia es sencilla, pero eficaz: te engatusan con halagos, te dejas llevar a su terreno y acabas allí fagocitado”.

Para José Alcaraz, el padre de la rebelión cívica, tumbar la protesta civil “fue el objetivo de Zapatero y Rajoy en 2008, en una reunión donde llegaron a un nuevo pacto antiterrorista que no han hecho público”. Para liquidar el movimiento “hacía falta la colaboración de la directiva de la AVT, que legitimaría las políticas antiterroristas desde 2008 de Zapatero y posteriormente de Rajoy”. “Por ello, cobra sentido cuando la presidenta de la AVT da un aprobado a Rubalcaba en política antiterrorista; sí, ese Rubalcaba del 13-M, el del Faisán, el de la vía Nanclares”.

“Después vino Rajoy. El apoyo y convivencia de Pedraza con el presidente del Gobierno es evidente. Se mantenían las políticas de Zapatero y Pedraza nunca convocó ninguna manifestación contra Rajoy, hasta que su mano derecha se enfrentó al Ministerio de Interior”.

«Quien tiene medios y poder por la herencia recibida de pasadas legislaturas es la AVT, y su junta directiva ha utilizado esa herencia junto a Rajoy para herir de muerte a la rebelión cívica», finaliza Alcaraz.

El presidente de Dignidad y Justicia, Daniel Portero, entiende que la movilización “debió producirse principalmente desde finales de octubre de 2013 hasta marzo de 2014, fechas en las que se produjeron casi 100 excarcelaciones tras la derogación de Parot”. Portero denuncia que la AVT se “movilizó para fracasar, por falta de unidad”. “Alguien debe hacerse responsable de los fracasos, porque el dinero de las víctimas hay que saber utilizarlo en buenos fines para paliar situaciones hasta de hambre”.

Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite, critica a la AVT. “Creemos que el análisis de la situación que hizo su dirección fue erróneo e incompleto. La derogación de la doctrina Parot es el episodio más grave que se ha vivido, pero la convocatoria no hablaba de la responsabilidad de quienes no reformaron a tiempo la ley, responsabilidad que afecta a varios gobiernos. Tampoco decía que lo realmente grave fue la comparecencia de octubre de 2013, donde el ministro de Justicia y el de Interior asestaron una herida mortal al Estado de Derecho. La foto mostraba al poder ejecutivo ordenando al poder judicial lo que debía hacer: excarcelarlos a todos inmediatamente”.

Opinión:

Pues otra vez habrá que hablar con cifras.... frías estadísticas pero que clarifican perfectamente la realidad.
La información que tengo en mi poder habla que la Asociación Dignidad y Justicia de mi amigo Daniel Portero tiene una representatividad del 0’45 % y el Colectivo de Víctimas del Terrorismo del Pais Vasco (Covite) de un 5’37 %... es fácil coincidir en que la representatividad no es muy amplia que digamos... aunque totalmente respetable.
Por otra parte, esa información me dice que la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) tiene una representatividad del 46’48 %, lo cual sería casi la mitad de las víctimas del terrorismo si quienes están en la base de datos de la AVT tuvieran el reconocimiento de “víctima del terrorismo” como tal por parte del Ministerio del Interior, que es la administración que otorga tal reconocimiento.
Pero viendo que el señor asesor de la presidenta de la AVT solicitó el reconocimiento como víctima y no se le otorgó, parece que la realidad no es la que reflejan las cifras. De hecho, El Mundo e Interviu ya publicaron en su momento información que acredita ciertas maniobras y, sinceramente, enterarte de que hay una entidad que en pocos meses tiene 900 miembros localizados es, cuanto menos, extraño.
Además, no hay que obviar un asunto importante: la cantidad de víctimas del terrorismo (o de miembros de asociaciones, que visto lo visto no es lo mismo) que están en diferentes asociaciones al mismo tiempo, lo cual enmaraña todavía mas la supuesta representatividad de las siglas asociativas.
Siguiendo con el argumento que me demuestran mis 27 años continuados en esta labor, hay que recordar la existencia de cientos de víctimas que no figuran en ninguna asociación, con lo que aquello de la rebelión cívica del señor Alcaraz, evidentemente, no representaba en absoluto a “LAS” víctimas del terrorismo.

Y, para terminar, habría que empezar a destapar a toda esa gente que sin haber pisado jamás un cementerio ni un hospital ni un juzgado se dedican a ir hablando de temas que desconocen o de secuelas que jamás han sufrido. Hay muchos más de los que algunos podrían imaginar.

Resumiendo, que lo que ocurra en la AVT o entre asociaciones no es representativo de “LAS” víctimas del terrorismo, ni siquiera de aquellas que siendo víctimas pertenecen a asociaciones que no les consultan su opinión.

Y a las que vamos por libre, por favor, que nos dejen tranquil@s.



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