martes, 7 de abril de 2015

05 abril 2015 (2) La Vanguardia (opinión)

05 abril 2015

"El asesino de su hermana está en la calle"

La familia de una joven asesinada en 1994 en Manresa revive el caso al saber que el criminal ha cumplido sólo 17 de los 60 años de condena 

La víctima recibió dos disparos en la cabeza por la recaudación del McDonald's donde era encargada



La inspectora hizo correr el ratón por la pantalla. Abrió y cerró los ojos varias veces de forma muy rápida para estar segura de lo que veía. La fotografía de la reseña le resultaba muy familiar. Era evidente que la persona del retrato había envejecido. Se adentró en los menús del programa interno policial y dio con el nombre: Francisco Javier Amaya González. Aquello despertó súbitamente los archivos de la memoria, los del caso de Joana Garrucho, la cajera de un McDonald's de Manresa que 20 años antes había aparecido en una zona boscosa con dos disparos en la cabeza. Ocurrió el 3 de enero de 1995. La habían dejado allí después de secuestrarla, robarle la recaudación del local del que era encargada y no cajera como acabó siendo popularmente conocida, y tras recibir dos impactos de bala. El culpable de aquel crimen, aunque condenado a 60 años de prisión, había quedado en libertad tras cumplir únicamente 17. ¿Lo sabría la familia de Joana? 

"Mi hermana hubiera cumplido ahora 51 años". La voz de Carmen suena firme y clara. "Yo ya me imaginaba que estaría fuera. Cumplen una cuarta parte. Es una vergüenza". Mantiene la firmeza sin atisbo de accesos coléricos. Su reacción ante la noticia, que le comunicaron extraoficialmente a través de un amigo policía, fue la de alguien que sólo espera que el profesor le confirme una calificación que íntimamente ya conoce. "El asesino de su hermana está ya en libertad".

El criminal que dio muerte a la hermana de Carmen fue juzgado por muy pocos días con una versión antigua del Código Penal que permitía la redención de penas por diferentes labores dentro del presidio. De habérsele aplicado el cumplimiento íntegro de las penas que hoy existe, hubiera sido otra cosa. 

No existe mecanismo legal alguno que obligue a la Administración a comunicar a los familiares de la víctima la excarcelación de un condenado por asesinato. "No es justo. Nos deberían haber avisado y nadie lo hizo. Imagine que me lo encuentro por la calle. Me hubiera dado algo". Es Carmen, la hermana pequeña de Joana. Recuerda que la tarde que precedió al crimen, su hermana no tenía muchas ganas de trabajar porque era el santo de su hermano y había habido una celebración familiar. Se le hacía cuesta arriba dejar el calor de aquel encuentro con los suyos para irse al McDonald's, pero era una trabajadora infatigable y, al final, no se permitió la más mínima debilidad.

La inspectora, sentada frente a su ordenador, quiso asegurarse bien del asunto. Antes de cualquier otra cosa, llamó a quien fue compañero de grupo muchos años y responsable de aquella investigación. Hoy está destinado en la comunidad autónoma de Castilla y León. Mantiene intacta una memoria prodigiosa que le hace capaz de recitar casi sin titubeos los datos de un caso, aunque hayan pasado más de 20 años. Sólo fue necesario que su compañera citara alguno de los datos recién descubiertos para reactivar la mente del interlocutor.

La víctima apareció en un tramo de la carretera que va de Igualada a Manresa. El cuerpo fue localizado de casualidad por un camionero que hizo una pequeña parada. "La habían dejado allí sin ropa para sin duda dificultar la investigación", explicó este exresponsable del caso para quien el condenado era un delincuente con rasgos psicopáticos.

Según fuentes policiales consultadas por este diario, el asesino de la cajera del McDonald's quedó en libertad el 2 de abril del 2013. La familia de Joana Garrucho ha tardado casi dos años en saberlo. Quizá hubiera pasado desapercibido del todo y para todos si en el repaso rutinario de novedades aquella inspectora no hubiera creído reconocer una imagen de reseña policial, aunque ocurriera un año después de la puesta en libertad. El asesino de aquella joven de 30 años a la que secuestraron para robarle la recaudación había sido vuelto a detener por un asunto de estafas y por eso reaparecía en los archivos más recientes. Su arresto se produjo en julio del 2014. Ahora Francisco Javier Amaya González tiene 58 años.

Carmen quiso ser la persona que contara al resto de la familia la desgarradora noticia. Quiso ser ella la que informara a sus hermanos y a sus padres, que ahora tienen 76 y 74 años. Los Garrucho no quieren que algo así les perturbe la vida más de lo que ya lo ha hecho. "Desde hace un tiempo admito que me metía en la cama y me podía dormir sin que mi hermana ocupara mi último pensamiento y el primero al despertarme", comenta mientras mentalmente revive toda aquella angustia, la de los largos días de espera, la que causó el doloroso juicio o a la de los infinitos 29 días que pasaron desde la desaparición de su hermana hasta que aquel camionero paró por azar. 

La banda de que ejecutó a la cajera del McDonald's también fue condenada por la muerte pocos meses después de un joyero de Castellbisbal cuyo cuerpo sin vida apareció en una casa en ruinas en Alp. Puede que este reportaje sirva a esa otra familia para saber que el culpable está en la calle.


Opinión: 

Aunque no estemos hablando de un acto terrorista.... si hablamos de un asesinato. Pero entiendo importante comentar que dentro de la información aparece un razonamiento que puede aclarar muchas dudas que surgen cuando un asesino tiene permisos para salir a la calle.
Leemos que, por un asesinato cometido en 1994,  "el criminal que dio muerte a la hermana de Carmen fue juzgado por muy pocos días con una versión antigua del Código Penal que permitía la redención de penas por diferentes labores dentro del presidio. De habérsele aplicado el cumplimiento integro de las penas que hoy existe, hubiera sido otra cosa". 
Ay amig@s... de matar en 1994 a hacerlo en 1995... cuanto cambia el castigo.

Y vaya desde este humilde blog el apoyo y el ánimo a la familia de Joana Garrucho y también el agradecimiento al autor del reportaje.

imas de otra "división", de aquellas de las que casi nadie habla, jamás les he escuchado ninguna declaración fuera de lugar.... muy al contrario de otras victimas de división superior que se dedican a increpar, insultar e injuriar a cualquiera que no comulgue con sus ideas personales o partidistas. O ambas dos.







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