sábado, 11 de abril de 2015

10 abril 2015 (11) La Vanguardia (opinión)

10 abril 2015 (09.04.15)



Coincidencias








Mi tendencia a pensar mal me lleva a fijarme en las coincidencias. Y como una sola coincidencia es anécdota pero dos ya tienden a categoría, el pensar mal se refuerza. El relato es el siguiente: el empuje letal del yihadismo y los riesgos que sufrimos, con el inevitable aumento del miedo ciudadano. Terreno, pues, resbaladizo, que exige la finezza de no pisar líneas rojas, especialmente la de la demagogia. Los protagonistas son básicamente tres: el ministro del Interior, el president de Catalunya y Àngel Colom, que pasaba por el Pisuerga. Y el escenario, un pedregal: el proceso catalán. La suma de todo, el vodevil que ayer vivimos.
Vodevil o polémica innecesaria o irresponsabilidad política o desmesura dialéctica, vaya usted a saber. Pero en todo caso un penoso episodio perfectamente prescindible.
Me refiero a las declaraciones del ministro Fernández Díaz haciendo una nueva vinculación entre soberanismo y yihadismo, pero con un paso hacia delante: acusando ala Fundación Nous Catalans de Angel Colom de captar yihadistas. Cabe añadir que tamaña acusación la ha hecho a bocajarro, como quien pasaba por el micrófono, y con el mismo nivel de pruebas con que, por ejemplo, acusó a Xavier Trias de unas cuentas en Suiza que nunca existieron., Parece mentira que todo un ministro de interior -1ue es un cargo muy serio en cualquier  democracia solvente- llegue a tal nivel de frivolidad. Pero, mas allá, del gusto por la polémica estéril, con el obvio objetivo de disparar contra el proceso por tierra, mar y aire, lo que llama mas la atención no es el despropósito –por otro lado usual- sino el día que escoge para lanzarlo. Y aquí se suman dos notables coincidencias: el viaje del presidente Mas a Estados Unidos, con el dolor de cabeza que provoca en el Gobierno español, y el extraordinario éxito policial de los Mossos, que después de un ingente trabajo de meses han conseguido detener una célula yihadista de Daesh que quería atentar en Catalunya.                 
No es la primera vez que, ante un éxito de los Mossos, el Ministerio parece contraprogramar con alguna noticia ruidosa, aunque hoy se ve más claramente el plumero.
¿Realmente es necesario, para luchar contra el proceso catalán, que un ministro del Interior se rebaje a estas polémicas de baja estofa?
¿Hace falta que señale con el dedo de la sospecha a una fundación que trabaja por la integración democrática  de los inmigrantes, y que es inequívoca contra el radicalismo islámico? Y, sobre todo, ¿no habría sido mucho más sensato y elegante empezar el día felicitando a los Mossos por el éxito conseguido, en lugar de enredarse en ese juego sucio contra las entidades soberanistas? ¿Finalmente, es decente utilizar la lacra mortífera del yihadismo para combatir el soberanismo? Y la pregunta es especialmente pertinente cuando se trata de un ministro del Interior.

Opinión:

Coincido al cien por cien con lo expuesto por Pilar Rahola en su artículo. Y añadiría una cuestión que conozco por boca de quien la vivió. Cuando un miembro de un sindicato lo abandona por considerarlo muy suave en la defensa de los derechos laborales y acaba integrado en la banda terrorista ETA…. ¿significa que ese sindicato era un vivero de terroristas? ¿significa que el resto de sindicalistas era proclive a las ideas terroristas de quien fue su compañero en el sindicato tiempo atrás?

Y en cuanto al ministro, una cosa más: existe una manera de ver las cosas que se llama “positivismo”… lo cual es absolutamente contrario a lo que vende… y que algunos desgraciadamente compran. Si hubieran puesto el mismo interés en 2003 y principios de 2004… ¿o todavía tienen las cintas de cassette en árabe pendientes de traducción?

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