jueves, 7 de abril de 2016

04 abril 2016 (01.04.16) El Correo

04  abril 2016 (01.04.16) 



     Tensión en la Ertzaintza por el seguimiento a dos sospechosos de Molenbeek en Bizkaia

Su arresto en el peaje de Iurreta frustró la vigilancia a la que estaban siendo sometidos por parte de la unidad de Inteligencia



La doble identificación de la que fueron objeto durante la madrugada del pasado sábado dos ciudadanos del barrio de Molenbeek, en Bruselas, de donde han partido buena parte de los terrorista yihadistas que han atentado en Europa, ha generado roces importantes en el seno de la Ertzaintza. En concreto, las discrepancias se han producido entre la Brigada Móvil (los antidisturbios de la Policía vasca) y la Oficina Central de Inteligencia (los antiguos servicios de información) a raíz del control policial que se organizó en el peaje de la AP-8 en Iurreta.
Fue allí, a altas horas de la madrugada, donde de la Brigada Móvil interceptó a los dos sospechosos y los condujo a la comisaría de Durango, donde permanecieron varias horas siendo identificados hasta que fueron puestos en libertad. El problema es que esa ‘detención’ -sobre el papel no estuvieron arrestados porque no habían cometido ningún delito- «frustró la investigación» iniciada horas antes por la Oficina Central de Inteligencia (OCI), que había organizado un seguimiento con agentes de la unidad Erlo que se encarga de este tipo de vigilancias especializadas, según ha podido saber EL CORREO de fuentes cercanas a la operación.

El seguimiento comenzó horas antes en Bilbao. Una patrulla de Seguridad Ciudadana observó sobre las dos de la madrugada a un Hyundai azul que hacía «movimientos sospechosos» por los barrios bilbaínos de San Adrián y Larraskitu, cerca de una estación eléctrica de Iberdrola. Los agentes identificaron a Y. B., de 31 años, y a R. B., de 37, y comprobaron que eran dos ciudadanos belgas, de ascendencia marroquí, residentes en el barrio de Molenbeek. Los ertzainas facilitaron sus datos por radio y comprobaron que no tenían ninguna causa pendiente grave. Sólo constaba una «averiguación de paradero» sobre uno de ellos por no haberse presentado a un juicio. Cuando les preguntaron qué estaban haciendo en Bilbao, respondieron que eran «turistas» que estaban conociendo la capital vizcaína.
Los agentes les dejaron marchar. La Ertzaintza también pidió información sobre los dos ciudadanos belgas a los órganos de cooperación antiterrorista. Ninguno de los dos tenía causas pendientes. Pero su actitud sospechosa, y el hecho de que procediesen de un barrio considerado como una especie de cantera de yihadistas, desencadenó un dispositivo específico de seguimiento. Algunas fuentes sostienen que sus pasos estaban ya siendo seguidos antes de la primera identificación, pero lo que está claro es que a partir de ese momento se intensificó el marcaje.
Según las fuentes consultadas por este diario, los dos sospechosos se marcharon al hotel en el que estaban alojados. Allí realizaron unas búsquedas en internet y reservaron un hotel en Vitoria. Poco después, sin embargo, partieron con su coche dirección San Sebastián. La unidad especializada de Erlo estaba ya sobre sus pasos.
¿A dónde se dirigían?
El coche en el que viajaban fue parado por segunda vez. En esta ocasión, en un control de Brigada Móvil en el peaje de Iurreta. Los vecinos de Molenbeek -un barrio de unos 100.000 habitantes con un alto porcentaje de paro e inmigración- fueron conducidos a comisaría. Desde el Departamento de Seguridad insistieron en que no estuvieron detenidos en ningún momento, que sólo se trató de un rutinario proceso de identificación.
Las fuentes consultadas no saben quién tomó la decisión de pararles en el peaje. Pero insisten en que ha generado malestar en la unidad de Inteligencia porque el arresto impidió saber a dónde se dirigían y si pensaban reunirse con más personas.


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