lunes, 17 de octubre de 2016

17 octubre 2016 ABC (opinión)

17 octubre 2016



La exgrapo Ontanilla, de terrorista a asistenta
Detenida en París, Manuela Ontanilla será extraditada por exigir millones a cientos de empresarios en 1998

Manuela Ontanilla faltó el 6 de octubre a su trabajo. No tuvo opción de avisar de su ausencia a la dueña de la casa en la que estaba empleada como asistenta en París. Agentes franceses de la DGSI en colaboración con la Guardia Civil la acababan de detener por la campaña de extorsión masiva a empresarios que llevó a cabo el PCE (r)-Grapo en 1998. Hasta ahora y tras décadas en la clandestinidad la exmiembro del grupo terrorista, a punto de cumplir 66 años, había logrado dar esquinazo a esa temporada de cobro del «impuesto revolucionario», que sembró de cartas amenazadoras cientos de empresas desde Barcelona a Sevilla pasando por Madrid o Huesca.
Ontanilla quedó en libertad con cargos a la espera de que la Audiencia Nacional solicite su extradición. «No es una ancianita venerable ni pasaba por allí», señalan desde el Servicio de Información de la Guardia Civil tras los mensajes lanzados por el aparato propagandístico que jalea las migajas de la organización. Cuando más de un centenar de empresarios seleccionados al azar recibieron aquellas cartas exigiéndoles entre 25 y 50 millones de pesetas, Ontanilla y su pareja José Antonio Ramón Teijelo encabezaban la Sección de Información de la banda terrorista, tal y como acredita la documentación intervenida en los sucesivos golpes a la organización.
Dos años después, cuando la Guardia Civil captura a la cúpula de la banda en París, ellos se libran porque el «camarada Arenas», jefe indiscutible del aparato político -PCE(r)- y también del brazo armado (Grapo), los acababa de expulsar. Teijelo compitió ideológicamente con «Arenas» y trató de ser el líder. Pierde el duelo y sale junto a Manuela y Vicente Sarasa del grupo. Para entonces, Ontanilla y Teijelo llevaban más de 25 años en la banda terrorista a la que se habían unido por separado y dentro de la cual se convirtieron en pareja ideológica primero y sentimental después. Por amor-militancia abandonan a sus respectivas parejas e hijos; dejan juntos la «secta medieval» -como la definió el renegado Fernando Silva Sande- y crean su propio grupo terrorista al amparo de la clandestinidad francesa: la Fracción Octubre del PCE (r) para agrupar a los militantes expulsados.
Ontanilla fue condenada la primera vez en 1987 en París: tres años de cárcel, aunque tenía detenciones previas en España. Ella y otros dos grapos cayeron cuando recogían en la estación este dos metralletas, cuatro pistolas y una escopeta. Ya entonces vivía a caballo entre Francia y España, alejada de la hija que tuvo con otro histórico grapo -Juan García Martín- y a la que dejó con cuatro años al cuidado de los abuelos en su pueblo de Sevilla para unirse a las acciones terroristas.
La segunda vez también fue condenada en París, en otro golpe de la Guardia Civil y la DGSI. La detuvieron en 2005 junto a Teijelo y varios miembros de las Brigadas Rojas italianas con quienes habían pactado una alianza comunista, que la Justicia francesa consideró delito de integración en organización terrorista. Ontanilla limpiaba en varias casas para subsistir mientras acogían e instruían a otros compañeros en un modesto piso de suburbio. Teijelo preparaba su tesis doctoral en torno al comunismo desde su sólida formación intelectual. Estudio, trabajo y disciplina, sin concesión a los caprichos salvo alguna reunión familiar. Al salir de prisión él visitó a su madre en Ponferrada y la pareja pasó una temporada en Sevilla donde vive la hija de Manuela. Allí los detuvo la Guardia Civil en julio de 2012 tras encontrarse la casa donde estuvo secuestrado el empresario Publio Cordón, en 1995.

A juicio por Publio Cordón

Ontanilla, en una cuestionada decisión, quedó en libertad bajo fianza de 10.000 euros aunque un mes después fue condenada a ocho meses tras hallar la Guardia Civil un «zulo» con armas y explosivos. Regresó a París sola. Teijelo fue enviado a prisión, como uno de los captores de Publio. Pasó unos meses libre y de nuevo aguarda en la prisión de Murcia el juicio por secuestro y por no dar fe del paradero del empresario aragonés al que la Guardia Civil sigue buscando en un monte de Lyon. El último rastreo tuvo lugar en mayo sin resultados.
«El caso de Publio era el último con víctimas mortales sin resolver de los Grapo. A partir de ahí y con la documentación y declaraciones obtenidas durante años nos centramos en esclarecer lo demás», explica un responsable de Información como origen de la reciente detención de Ontanilla por las cartas que sembraron terror y denuncias hace casi dos décadas.
En 2007 cesó la actividad terrorista de los Grapo, con la caída de quienes seguían en la clandestinidad. La banda fue desarticulada en tres golpes sucesivos. Su último asesinato fue el de una empresaria en Zaragoza, una «esbirro del capital», según su ampulosa terminología macerada durante años. La Guardia Civil confía en resolver el resto de acciones terroristas de la banda, que jamás ha renunciado a la lucha armada.

Opinión:

Aparte de la buena noticia que significa que una terrorista sea detenida, me extraña la última frase de un diario como ABC. “Jamás ha renunciado a la lucha armada”. ¿Desde cuando al terrorismo se le llama “lucha armada”? Me da la sensación (ojalá me equivoque) de que para una gran parte del público y de la prensa las actividades terroristas de bandas que no sean la banda terrorista ETA son como menos importantes. Que se lo pregunten a sus víctimas ¿no?

Aunque quizás no lo consultan porque estas mismas víctimas no sean tan manejables políticamente como lo son algunas de la banda asesina ETA.

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