sábado, 20 de mayo de 2017

20 mayo 2017 (2) El País (opinión)

20 mayo 2017



La exetarra Idoia López Riaño, ‘La Tigresa’, quedará libre el 13 de junio
Alejada de la banda y tras pedir perdón a las víctimas termina de cumplir sus condenas tras 23 años en prisión.

La exetarra Idoia López Riaño, conocida como La Tigresa, saldrá definitivamente en libertad el próximo 13 de junio tras 23 años en prisión condenada por decenas de asesinatos. Fuentes de la Audiencia Nacional han confirmado la fecha de licenciamiento de la exterrorista, alejada de la banda y que ha pedido perdón a las víctimas. López Riaño, una de las últimas integrantes de la organización en acogerse a la llamada vía Nanclares de reinserción, se encuentra en la prisión alavesa de Zaballa.
En abril de 2016, La Tigresa salió durante tres días con un permiso penitenciario al que dio el visto bueno la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que tuvo en cuenta los escritos en los que la antigua integrante del comando Madrid, uno de los más sanguinarios de la banda, mostraba su arrepentimiento. “Las muertes de este comando me duelen en lo más profundo del alma y aún más por no haber podido hacer nada por evitarlas. Yo tan solo tenía 20 años y aun así me jugué la vida en ese intento. Me costó siete años de mi vida en Argelia y que se me condenara a una pena terrible”, confesaba López Riaño en un texto remitido al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional que le concedió aquel permiso.
López Riaño integró uno de los comandos más sangrientos de la historia de ETA, el comando Madrid de mediados de los ochenta, en el que figuraban otros conocidos terroristas como De Juana Chaos, Soares Gamboa, Antonio Troitiño o Inés del Río. Perpetraron algunos de los atentados más cruentos de la organización como el de la calle de Juan Bravo o el de la Plaza de la República Dominicana, que acabaron con la vida de cinco y 12 guardias civiles, respectivamente.
Además, en la cuenta particular de Idoia López Riaño también figuran los asesinatos de un empresario, un marinero, tres militares (entre ellos, Ricardo Sáenz de Ynestrillas) y un policía. También fue condenada por integrar posteriormente el denominado comando Ekaitz entre el año 1991 y 1992. A ese grupo, en el que también estaba José Luis Urrusolo Sistiaga, se le atribuyen acciones terroristas en Zaragoza, Tarragona, Barcelona, Alicante, Valencia y Murcia.

Opinión:

Recuerdo los principios de la década de los años 90 del siglo pasado. Eran los años en los que se juzgaba a numerosos miembros de diferentes bandas terroristas, incluida ETA, por atentados cometidos en los años 70 u 80 del pasado siglo. Estábamos personados en multitud de juicios. Siempre exigiendo la máxima condena y el escrupuloso cumplimiento de la legislación vigente y las condenas sumaban cientos de años que, evidentemente, jamás se cumplirían. Aquellas largas reuniones con mis compañeros de la antigua AVT servían para, entre otros muchos temas, comentar como explicar a los cientos de víctimas a las que representábamos que… aunque la condena fuera centenaria, la legislación a aplicar contra los terroristas debía ser el Código Penal franquista de 1973… aquel Código Penal que marcaba que toda condena, por muy alta que fuera, no podría sobrepasar los treinta años en los que habría que incluir los beneficios (sí, beneficios) penitenciarios que el mismo Código Penal franquista recogía.
Así pues, toda condena superior a treinta años se reducía a un total de treinta que con los beneficios (sí, repito, beneficios penitenciarios) quedaban en un cumplimiento real de un máximo de 23 años.
Esta es la única razón por la que esta terrorista, como tantos otros y otras, sale de prisión con solo 23 años cumplidos de condena. ¿Justo? No. ¿Legal? Pues sí y para quien no lo entienda que se meta una excursión al Valle de los Caídos y se lo pregunte al máxime artífice de aquel Código penal de 1973.
Se daba la circunstancia añadida de que, por esa legislación, el asesino de 1 persona cumplía el mismo número de años reales que el asesino de 20, 24 0 28…
Recuerdo todo esto porque durante muchos años de mi vida tuve la responsabilidad de explicar esta situación legal a muchísimas víctimas que, pese al disgusto y la incredulidad, entendieron que “la ley es la que es”. Y seguramente ahora saldrán los que jamás han hecho nada por nadie y que en aquellos difíciles años (sí, los de plomo como alguno se inventó) no estuvieron en ninguna de aquellas reuniones ni visitas domiciliarias. Es decir, ahora saldrán víctimas “de tirita” o periodistas que jamás movieron un dedo por nadie excepto por sí mismos o sus familiares más cercanos para manipular el dolor ajeno protestando ante lo que, desgraciadamente, es la ley. Los que no estuvieron en 1994 en ninguna de las mesas para recoger firmas “a favor del cumplimiento íntegro de las condenas impuestas a los terroristas” querrán dar lecciones ahora. En mi nombre NO.
En 1995 unas pocas víctimas coordinamos el cambio legislativo que consiguió que, al menos, aquellas condenas impuestas por atentados cometidos a partir de 1995 fueran cumplidas hasta los 30 años sin beneficios penitenciarios… así que muchos, lo mejor que podrán hacer ahora, será callar y dejar de mentir o de inventarse reuniones y actividades a las que nunca, jamás, acudieron ni asistieron y con la que nunca colaboraron.
Dicho esto, la miembro de la banda terrorista ETA Idoia López Riaño estará en la calle gracias a un Código Penal que se aprobó durante la dictadura del mismísimo dictador Francisco Franco.
Y quien no lo entienda, carretera y hasta el Valle de los Caídos a preguntar las razones.
Ah, se me olvidaba… por mucho que haya pedido perdón por los crímenes cometidos, por el respeto que me merecen las víctimas que causó con sus atentados jamás se me ocurriría darle la mano a una asesina como ella. ¿Alguien quiere una explicación a este comentario? Le invito a investigar qué pudo ocurrir el último trimestre de 2011…

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